8 de mayo de 2006

Todo empezó el sábado hacia las 4 y media de la tarde. Punto de encuentro Pamplona con Adelscott y Orbai.



Tras las presentaciones y la sensación de conocer de algo a Adelscott, nos embarcamos en el esperadísimo viaje hacia Bilbo, un barrio de las afueras de Pamplona.
Pese a que se puso a llover, la amena conversación hizo del trayecto muy entretenido y corto. Conseguimos aparcar cerca de la catedral (la de fútbol) y nos dirigimos al encuentro con Iosef y JimmyJazz. Ya que nadie dice nada, no fue difícil distinguirlos, el chubasquero Waffen de Iosef los delataba.
Tras un primer asalto se unió al grupo avanzado McLarry para apoyar a Jimmy en la creación de la niebla de guerra. Orbai hizo el primer intento de tentar el tema futbolístico acusando a los leones de usar jugadores rojillos. Enmienda secundada por Iosef. Y yo conseguí averiguar de qué conocía a Adelscott. Resulta que estábamos en el mismo club de rol, allá por el 90, en la casa de la juventud de Pamplona. Seguro que coincidimos en alguna partida de MERP :?



Como ya sabéis, de izda. a dcha y de pie: JimmyJazz, Orbai, Adelscott y Noonan. Abajo y no por ello más bajos: McLarry y Iosef.

Hacia las 2045 nos acercamos a una plaza dónde deberíamos juntarnos con Izotz. Esta vez, el chubasquero sirvió de referencia.
Y de ahí al restaurante, Txakoli Simón, en Artxanda.
En mi defensa he de decir que el taxista quiso deshacerse de nosotros. Comentarios de que había una cierta tendencia por parte de los jugadores latinoamericanos a jugar con las SS y diferentes tácticas a usar ayudaron a ello. Pero sí, yo en cuanto vi un restaurante con el nombre de Txakolí dije, "aquí, pare!!". Pero no, estábamos a unos 2 kms del objetivo. El desembarco de Normandía tampoco fue exacto no?

Con la aparición estelar de Told, más conocido como, "por ahí debe haber un botón para desempañar la ventanilla", y sus primeras palabras "yo no os aseguro que lleguemos a buen puerto", nos montamos en el halftrack capturado convertido en cazatanques.

Sólo faltaba Nikko que apareció directamente en el restaurante. Ya estábamos todos, los nueve jinetes del txakolípsis.

Conversaciones cruzadas, viejos recuerdos sobre wargames y rol, y ciertas miradas espontáneas a las camareras, marcaron el ritmo de la cena.

Sirvan las siguientes fotos de ejemplo de lo dicho arriba:





La cena, colosal. La compañía inmejorable. Y llegó el momento del postre tras haber dejado las parillas vacías:



Izotz nos muestra un primer plano del disfrutado "fluido de chocolate" o "flujo de txokolate" en euskera, yo sólo trataba de integrarme y hablar la lengua local ;)



Y luego, recoger el magnífico regalo (gracias PZ, Gutix, Paco!!) y pagar.
Los valientes nos montamos con Told y los menos valientes con Izotz. Punto de encuentro, Bilbao y sus bares. Los dos chóferes, tras el agotamiento que conducir produce, se retiraron a retaguardia.
Los pamplonicas lo hicimos por motivos obvios algo más tarde.

Una quedada en toda regla. Espero no perderme demasiadas de estas.